El cultivo de la palma aceitera (Elaeis guineensis) en la región Ucayali se está consolidando a gran ritmo, otorgando oportunidades de trabajo a muchas familias al convertirse en sustento para generar mejores ingresos económicos, toda vez que el producto es esencial para satisfacer la producción de aceites, jabones, cosméticos y biodiesel, mantequilla, manteca de palma, entre otros derivados.
Actualmente, en Ucayali existen 25 mil hectáreas sembradas, de las cuales 13 mil se encuentran en plena producción. Cada hectárea sembrada llega a producir entre 11 y 15 mil kilos.
El Perú no produce semillas para el sembrado de esta especie, sin embargo, éstas son importadas de Costa Rica, Colombia, Venezuela y Ecuador entre otros, donde existen de enfermedades como la pudrición del cogollo causada por Phytophthora palmivora, la marchitez sorpresiva asociada con protozoarios flagelados y el anillo rojo causado por el nematodo Bursaphelenchus cocophilus.
Para evitar el ingreso de estas enfermedades al Perú, el Senasa realiza la cuarentena posentrada, procedimiento que consiste en detectar la presencia de plagas reglamentadas en el material vegetal importado, que por su naturaleza no pudieron ser detectadas al momento del ingreso al país.
El proceso de cuarentena posentrada puede durar hasta de 10 meses dependiendo de las plagas que existen en el país de origen. En dicho periodo, el material vegetal instalado en el lugar de producción (vivero) es sometido por parte del Senasa a tres inspecciones obligatorias para el seguimiento de la cuarentena posentrada y a una obligatoria final para el levantamiento de la cuarentena. Cumplido este tiempo y tras el resultado de la inspección, se dispondrá el destino final del producto.
Estas acciones del Senasa están enmarcadas en el Decreto Supremo N° 032-2003-AG, que estableció requisitos fitosanitarios para la importación de semillas de palma aceitera, necesarios para garantizar al país un nivel adecuado de protección fitosanitaria, minimizando los riesgos del ingreso de plagas.