Con la finalidad de contribuir a la inocuidad de los alimentos agropecuarios para el consumo humano, en Lambayeque, el Ministerio de Agricultura y Riego – MINAGRI inspecciona establecimientos de faenado de animales de abasto para garantizar que el procesamiento se realice dentro de los parámetros sanitarios.
La inspección, que es parte de un sistema de vigilancia sanitaria que desarrolla la autoridad en sanidad agraria, se realiza en mataderos autorizados y en centros de faenamiento de aves. Adicionalmente, se tomó muestras de carne de diferentes especies en mercados y supermercados.
La supervisión se realiza durante la faena (en la madrugada), de manera inopinada y en cualquier día del mes. Se verifica el cumplimiento de las buenas prácticas de manufactura, higiene personal, uso de indumentaria adecuada, control sanitario de los animales, inspección antes y después del sacrificio y las buenas prácticas de faenamiento.
Respecto a los ambientes, se evalúa el plan de limpieza y desinfección para evitar la contaminación cruzada. Asimismo, la limpieza de los útiles de trabajo, adecuado uso de los tachos de basura y el sistema de control de roedores e insectos. Esto como parte de los Procedimientos Operativos Estandarizados de Saneamiento – POES.
Plan para monitorear la carne
Además de las inspecciones en los mataderos, y en el marco del sistema de vigilancia sanitaria, se inició un monitoreo de los animales de abasto sacrificados en estos establecimientos. El objetivo es detectar si la carne contiene residuos de contaminantes químicos y biológicos y comprobar si se encuentra apta para el consumo humano.
En el transcurso del años, se monitorearán carnes de vacuno, porcino, caprino, ovino, pollo, pavo y cuy, así como miel de abeja y leche cruda, en la región Lambayeque.
Las muestras son tomadas de los establecimientos de procesamiento primario, de manera aleatoria, para ser enviadas al Laboratorio de Diagnóstico de Residuos Químicos y de Microbiología del SENASA.
Los residuos químicos a analizar son los procedentes de fármacos veterinarios y los contaminantes biológicos, como bacterias y hongos.
