Con el propósito de reducir la incidencia de mosca de la fruta en los cultivos hortofrutícolas, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria – Senasa capacitó a 248 pequeños productores en siete charlas dictadas durante el 2018 en la región Apurímac.
Las capacitaciones se priorizaron en diferentes comunidades de las provincias de Abancay, Aymaraes y Antabamba (Corredor 26 y afluentes de los valles interandinos), donde existe producción de chirimoya, durazno, lúcuma, tuna, hortalizas y cítricos, actividad que representa una oportunidad económica fija para los productores rurales.
Los productores fueron instruidos en la aplicación de técnicas del manejo integrado de mosca de la fruta, con énfasis en los beneficios del control cultural-mecánico, que hace posible mantener la población de la plaga a un nivel que no provoque daños económicos.
Como primera acción, los especialistas del Senasa explicaron el comportamiento de la plaga y qué acciones se deben realizar para interrumpir su ciclo bilógico y desarrollo.
También recibieron orientación para la implementación del sistema de trampeo casero, que es económico, así como el recojo y entierro de la fruta infestada por la plaga y el rastrillado de suelos a fin de prevenir su presencia y asegurar una cosecha con mayores cantidades de fruta sana.
Monitoreo
De enero a julio, la autoridad sanitaria desarrolló el monitoreo en 950 hectáreas de cultivos especializados y huertos frutícolas como actividad permanente para mantener bajo control la plaga.
Asimismo, existe una red de trampeo y se ejecuta muestreo de frutos para evaluar y determinar la presencia de moscas de la fruta, en beneficio de la actividad hortofrutícola local.
Dato
En las charlas se socializa el control etológico, que incluye la elaboración de trampas caseras empleando atrayentes alimenticios, sexuales y visuales, permitiendo neutralizar a la plaga.
