El Ministerio de Agricultura y Riego, a través del Servicio Nacional de Sanidad Agraria – Senasa, realiza la vigilancia activa en 13 distritos de la región Piura para descartar enfermedades como la fiebre aftosa a través del monitoreo serológico.
Hasta agosto pasado, los servidores del campo colectaron más de 350 muestras de sangre de vacunos mayores de 6 meses en los distritos de Ayabaca, Jililí, Montero, Paimas, Sícchez, Suyo, El Carmen de la Frontera, Huancabamba, Las Lomas, Tambogrande, Lancones, Marcavelica y Querecotillo.
Las muestras fueron remitidas al laboratorio de la Unidad del Centro de Diagnóstico de Sanidad Animal – UCDSA del Senasa para descartar enfermedades.
El Senasa mantiene vigilancia en zonas fronterizas, entre otras acciones, para proteger el estatus sanitario de país libre de fiebre aftosa sin vacunación que adquirió en mayo de 2017, tras recibir el reconocimiento internacional durante la 86ª Sesión General de la Organización Mundial de Sanidad Animal-OIE realizada en París, Francia.
MINAGRI exhorta a los productores pecuarios, comerciantes y población en general a evitar el ingreso de mercancías pecuarias sin la documentación que acredite su origen o procedencia, así como evitar el transporte de animales, productos y subproductos pecuarios dentro del territorio nacional sin autorización del Senasa y notificar la ocurrencia de cualquier sospecha de enfermedad de tipo vesicular en su ganado.
La fiebre aftosa es una enfermedad que afecta a los animales de pezuña hendida o partida como el ganado vacuno, ovino, caprino, porcino y camélidos sudamericanos. Es altamente contagiosa y de rápida propagación en la población animal, y si bien no afecta a las personas, sus efectos son devastadores produciendo pérdidas económicas al productor ganadero, baja el comercio interno y genera el cierre del comercio internacional de mercancías pecuarias.
Sintomatología
Los animales enfermos presentan decaimiento, fiebre alta, ampollas o lesiones en el hocico, patas y pezones. Las ampollas del hocico generan gran salivación o babeo abundante, impidiendo la alimentación y las ampollas de las patas provocan gran dolor y cojera intensa.Tanto en terneros como en lechones, existe una presentación cardiaca de la enfermedad, provocando la inmovilización del ganado y su consiguiente aislamiento. La morbilidad puede llegar al 100% de los animales, en tanto la mortalidad puede alcanzar del 20 al 30%.
La enfermedad se transmite por contacto directo entre animal enfermo y sano; el animal enfermo elimina el virus a través de la saliva, orina, semen, materias fecales y leche; contaminando pastos y agua. También a través de materiales contaminados, por consumo de agua y productos de origen animal como carne, vísceras y leche, alimento preparado y pasto.
Otra fuente de contagio son las personas que están en contacto con animales enfermos, como los dueños, ordeñadores, comerciantes de ganado y matarifes que pueden llevar el virus en manos, ropas, zapatos, etc.