San Martín: Vigilancia fitosanitaria en cultivos de algodón

A través del monitoreo de trampas Scout, servidores del campo del Senasa descartan presencia de plagas cuarentenarias no presentes como el Picudo mexicano.

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Senasa - Vigilancia fitosanitaria en cultivos de algodónCon el objetivo de preservar el estatus fitosanitario como país libre de la plaga del Picudo mexicano, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria – Senasa, del Ministerio de Agricultura y Riego, realiza inspecciones fitosanitarias en cultivos de algodón de la región San Martín.

El cultivo de algodón en San Martín es desarrollado por cerca de 500 agricultores de los valles del Bajo Mayo y Bajo Huallaga, quienes siembran la variedades ‘Pardo’, especie nativa de la región, y algodón ‘Blanco’, ambas muy requeridas para la textilería internacional.

La tarea de los servidores del campo consiste en la instalación de una red de trampas Scout en puntos estratégicos y el monitoreo permanente a fin de detectar oportunamente una posible amenaza.

Precisamente, los especialistas del Senasa visitaron una parcela en el distrito de Shanao, provincia de Lamas.

El Picudo mexicano

El Picudo mexicano del algodonero (Anthopnomus grandis Boheman) es considerado una plaga cuarentenaria no presente en el Perú, capaz de causar grandes pérdidas a la agricultura nacional, disminuir el rendimiento, la producción y por consiguiente la rentabilidad del cultivo.

El insecto Anthopnomus grandis Boheman ataca a botones florales y bellotas. El daño más grave lo ocasiona en el proceso de oviposición; para ello, la hembra realiza una perforación profunda hacia la parte media (inferior) del botón floral, cápsulas o en la base de las flores, dentro de la cual coloca un solo huevo.

El sistema de monitoreo

La autoridad sanitaria, a través del Dirección General de Sanidad Vegetal y la Dirección de Vigilancia Fitosanitaria, implementa el sistema de monitoreo preventivo, mediante el registro y procesamiento de las acciones de trampeo, inspección y supervisión.

En sistema de trampeo utiliza trampas Scout, las mismas que deben recibir el sol directamente y ser ampliamente visibles de todas las direcciones y en puntos donde exista buena circulación de aire para que difunda el atrayente (feromona).

Además, éstas no deben ubicarse debajo de árboles o en áreas sombreadas porque pierden su efectividad de captura y proveen datos erróneos.

Senasa revisa las trampas cada quince días y evalúa las especies de insectos atraídas por las feromonas, descartando o confirmando, según sea el caso, la presencia de plagas a considerar.