El Ministerio de Agricultura y Riego, a través del SENASA, informó que los productores agropecuarios de la región San Martín cuentan con 360 establecimientos formales de venta de productos veterinarios e insumos de uso agrícola, donde se comercializa de manera segura.
Un local que comercializa de manera segura es aquel que ha obtenido el “Registro de Establecimiento”, documento que emite el SENASA, tras verificar que se hayan cumplido requisitos de seguridad que garantizan la salud de los usuarios y también de los que se dedican a la venta.
En este sentido, en el departamento se cuenta con 127 registros vigentes de centros de venta de productos veterinarios y 233, de insumos agrícolas. Un establecimiento puede acceder a ambos registros y comercializar tanto insumos agrícolas como productos veterinarios.
Las provincias donde más se han concentrado estos negocios son San Martín, Rioja y Moyobamba, debido a sus extensos valles productores de café, arroz, cacao y piña. Mientras que las provincias con menor número de agropecuarias son Lamas y El Dorado.
La autoridad agraria precisó que un local formalizado es fácilmente identificable, debido a que exhibe el Registro de Establecimiento y cuenta con la atención de un profesional (agrónomo o veterinario) en horario definido, entre otros aspectos que el productor puede visualizar.
Seguridad y control
Para contribuir a la comercialización segura de estos productos, en su mayoría de compuesto tóxico, el SENASA desarrolla inspecciones permanentes a los establecimientos para fiscalizar que se cumplan las exigencias de seguridad y que no se vendan productos sin registro, vencidos ni adulterados, de manera que los usuarios tengan acceso a productos con garantía.
La autoridad en sanidad agraria realizó una doble exhortación a los productores: la primera, notificar ante el SENASA más cercano la comercialización de productos de dudosa procedencia; y la segunda, hacer un uso responsable y técnico de los insumos agropecuarios para salvaguardar la salud y la inocuidad de los alimentos.
Algunas recomendaciones son:
Usar los productos previamente prescritos por un profesional.
Cumplir las indicaciones de las etiquetas, como, por ejemplo, los periodos de carencia o retiro, las dosis, la aplicación en especie de animales o cultivos indicados y las restricciones de uso.
Procurar el uso de productos con menor tiempo de retiro o carencia
Registrar los tratamientos aplicados y notificar al SENASA la ocurrencia de reacciones adversas o la ineficacia de algún producto.
