El Ministerio de Agricultura y Riego, a través del Servicio Nacional de Sanidad Agraria – Senasa, desarrolla desde el año 1997 una estrategia de monitoreo, mediante el uso de trampas para plagas de importancia cuarentenaria, como medida fitosanitaria preventiva contra la introducción de nuevas plagas que podrían afectar la agricultura.
Ese año se instalaron trampas para la polilla guatemalteca de la papa (Tecia solanivora Povolny), posteriormente la red de trampas se extendió para el picudo mexicano del algodón (Anthonomus grandis Boheman) y para el gorgojo khapra (Trogoderma granarium Everts).
En la región Piura, los servidores del campo del Senasa llegaron hasta las comunidades andinas de Espíndola, Yacupampa, Yanchalá, Nogal, Samanguilla, Lanchimpampa y Santa Julia, ubicadas entre los 2000 y 3500 msnm de la provincia de Ayabaca, frontera con Ecuador, con el fin de monitorear el sistema de trampeo que permite la detección temprana de plagas no presentes en el país para adoptar las acciones de control oportunas.
Cada semana, la autoridad sanitaria evalúa las trampas tipo delta, dome y scout, con el fin de supervisar la condición de la trampa y las capturas de los insectos plagas.
Las trampas son instaladas en zonas donde se observa algún tipo de riesgo como predios agrícolas, zonas de transporte y/o comercialización de cereales o productos derivados de estos, semillas, especialmente aceitosas, concentrados balanceados para la alimentación animal, sacos vacíos, cuero, pieles y lana.
Un punto importante de la evaluación lo constituye el puerto de Paita, por los cargamentos importantes de trigo que llegan vía marítima.
La red de trampas del Senasa en esta región del norte incluye también las provincias de Sullana, Morropón- Chulucanas, Sechura, Huancabamba, Paita y Piura.
