Los antimicrobianos son medicamentos que combaten infecciones bacterianas si los usamos correctamente pueden salvar la vida de los animales, su mal utilización puede provocar resistencia a los tratamientos médicos y morirían por infecciones no controladas.
Por ello, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria en su rol responsable, realizó como parte de las actividades por su 27° aniversario una “Conferencia sobre la Resistencia Antimicrobiana y su impacto en la salud” donde expertos brindaron alcances del Plan Multisectorial hasta el 2021 con el enfoque UNA SALUD, campaña mundial para llamar la atención sobre la necesidad de abordar las amenazas que representan el mal uso de los antibióticos.
Los microrganismos resistentes a los antimicrobianos pueden propagarse por la cadena alimentaria y el medio ambiente. Por ello, su uso adecuado y prudente garantiza la inocuidad agroalimentaria, el bienestar animal y la salud pública.
En tal sentido, para proteger de este problema a los animales en todo el país, los criadores deben cumplir las buenas prácticas ganaderas que recomienda el Servicio Nacional de Sanidad Agraria – SENASA en el Perú, que fueron establecidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal – OIE.
La OIE enfatiza en que durante el ejercicio veterinario, los profesionales deben recetar medicamentos solo de manera responsable y prudente, que estos deben adquirirse en lugares autorizados y brindarse, durante el tiempo establecido, la dosis indicada.
Incluso considera algunos consejos para el tratamiento de los animales desde el proceso de producción al transporte y hasta beneficiarlos: proveerlos de piensos de calidad, instalaciones adecuadas, buen descanso, facilidad de movimientos y atención a las heridas.
A nivel mundial, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, se estima que 700 000 personas mueren cada año debido a infecciones resistentes a los antimicrobianos, por ello preservar la eficacia de los antimicrobianos es fundamental para la salud y bienestar de los animales de crianza para alimentación y de nosotros mismos como consumidores.
Entre sus recomendaciones sobre el uso de antimicrobianos de importancia médica en animales destinados a la producción de alimentos contempla reducir su medicación, restringirlos para estimular el crecimiento y no usarlos para prevenir enfermedades infecciosas aún no diagnosticadas clínicamente.