Mujeres rurales se empoderan para mejorar su producción en el Valle del Mantaro

1194

Para fortalecer los saberes productivos a favor de la agricultura familiar, sesenta mujeres rurales vienen potenciando sus conocimientos en la aplicación de las buenas prácticas agrícolas, enfocadas a instaurar la soberanía alimentaria de sus comunidades.

Las ‘mujeres de cambio’, como les gusta que se las llame, participan en las ‘Escuelas de Campo de Agricultores’ (ECAS) ejecutadas por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI).

Esta estrategia se desarrolla en las comunidades campesinas de ‘Saño’ y ‘Santa Rosa de Ocopa’ en el Valle del Mantaro. Las participantes se nutren de nuevos conocimientos y formas de producir el cultivo de habas y maíz.

Las productoras vienen contribuyendo a mejorar la cadena alimentaria y el ecosistema con el uso de agentes biológicos. Estas acciones forman parte del Programa de Sanidad Agraria e Inocuidad Agroalimentaria, que se ejecuta en todas las regiones del país.

Durante las sesiones, el grupo de mujeres participan en prácticas del uso de controlares biológicos, alternativas en el manejo integrado de las plagas, y uso de tecnologías para potenciar la calidad de su producción agraria y realizado en base a las exigencias de mercado de alientos libres de residuos y otros contaminantes.

Al finalizar las doce sesiones, las mujeres rurales lograrán el reconocimiento de expertas en buenas prácticas agrícolas y en caso adopten las medidas y las disposiciones de las normas en BPA serán acreedoras de la certificación en Buenas practicas Agrícolas.

Mujeres Rurales para el cambio

En el Perú las mujeres rurales contribuyen al desarrollo sostenible y son agentes clave para conseguir los cambios económicos, ambientales y sociales.

Las mujeres rurales son portadoras de los saberes ancestrales agrícolas, defensoras de la identidad cultura y lideresas políticas organizadas. Ellas tienen un amplio conocimiento en la siembra y cosecha de sus productos.

También, la FAO reconoce el rol fundamental de las mujeres rurales en la agricultura familiar para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida y gestionar responsablemente los recursos naturales