Para prevenir la proliferación de roedores que puedan afectar la agricultura familiar en Moquegua, el Ministerio de Agricultura y Riego, a través del SENASA, ejecuta labores de evaluación y control de roedores en cultivos de importancia económica en doce distritos de la región.
Los especialistas del SENASA han desplegado estas actividades en las provincias de Ilo, Sánchez Cerro y Mariscal Nieto, identificando una mayor presencia de roedores en predios de los distritos de Moquegua, Carumas, San Cristobal, Quinistaquillas y Omate.
Mediante el uso de trampas de captura viva, tipo Thomahawk, se monitoreó más de 198 hectáreas de terrenos agrícolas, almacenes de granos y viviendas adyacentes a los campos de cultivo.
Las condiciones favorables para la propagación de esta plaga son el incremento de la temperatura, acceso a fuentes de agua, refugios de malezas, cosecha y almacenaje de alimentos; por ello el SENASA mantiene el monitoreo constantes a fin de evitar pérdidas económicas y disminuir riesgos sanitarios en la población.
Además de la evaluación constante, también es importante realizar un adecuado control mecánico cultural; que consiste en la destrucción de madrigueras, remoción de refugios, deshierbo de malezas y labores de limpieza de los almacenes.
El control químico, se realiza mediante la colocación de cebos tóxicos (rodenticidas con anticoagulantes) en cebaderos ubicados en lugares estratégicos previamente identificados. Esta es una medida final, que contribuye a bajar la población de roedores.
La alta proliferación de estos roedores también se debe a la gran capacidad reproductiva que poseen. Una rata hembra llega producir de 10 a 12 camadas por año, cada camada consta de 7 u 8 crías, y pueden tener crías desde los 3 a 4 meses de edad.
La presencia de estos roedores representa un alto riesgo epidemiológico ya que son transmisores de enfermedades que afectan al hombre y a los animales domésticos, los cuales se transmiten a través de la mordedura, orina, heces y parásitos que transportan.