Con la finalidad de garantizar la inocuidad de la carne de pavo que presenta una evolución favorable en su demanda en los mercados internacionales, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria – Senasa supervisó el proceso de faenado de estas aves en la planta de beneficio (matadero) ubicada en el sector Peralvillo del distrito de Huaura.
Como parte del procedimiento, las aves fueron sometidas a la inspección ante mortem y post mortem, a cargo del especialista del Senasa, quien revisó los aspectos de trazabilidad, los cuales permiten determinar la trayectoria de estas aves, materia de exportación, desde su origen hasta su distribución.
Las aves deben provenir de granjas que cuenten con registro de autorización sanitario de apertura y funcionamiento vigente ya que es uno de los primeros aspectos que se verifica en la inspección, así como el número de plantel, galpón, peso y número de aves que llegan al matadero.
Asimismo, se toma en cuenta que las aves que se exportan deben ser nacidas, criadas y cebadas en territorio peruano y, en caso provengan de otros países, deben cumplir con una permanencia mínima de siete semanas (7) en su país de origen.
También son considerados en el seguimiento del proceso de faenado, la ruta que sigue el transporte de aves desde la granja hacia la planta de beneficio y la colindancia de los galpones en un radio no menor de 30 km frente a zonas cuarentenadas por enfermedades transmisibles por lo menos sesenta días (60) antes del embarque de la producción de aves.
El cumplimiento de estas medidas establecidas por el Senasa, garantiza que la carne de pavo llegue en las mejores condiciones sanitarias a la mesa de los consumidores que, sumado al aporte nutricional y bajo nivel calórico de este producto (bajo en grasas), hacen que esta producción tenga mayor demanda en los países de la región como Colombia, Ecuador y Panamá.