Como parte de la atención de la agricultura familiar a nivel nacional, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, a través del Servicio Nacional de Sanidad Agraria – SENASA, graduó a 1247 pequeños productores como expertos en buenas prácticas agrícolas y pecuarias, tras concluir satisfactoriamente las Escuelas de Campo de Agricultores (ECA) que se desarrollaron en la región Cusco.
Productores de las provincias de Anta, Acomayo, Calca, Canas, Canchis Espinar, La Convención, Quispicanchis, Urubamba participaron durante seis meses, de jornadas de aprendizaje teórico-prácticas que abarcarán todo el proceso vegetativo de los cultivos de Maíz choclo, papa, plátano, mandarina, naranja; y en el proceso de crianza animal, correspondiente a la producción de carne de aves, bovinos de carne y bovinos de leche.
Durante las sesiones de aprendizaje, los productores de la agricultura familiar aprendieron a implementar prácticas agrícolas, la aplicación de controladores biológicos (enemigos naturales) para hacer frente a plagas y enfermedades, el uso adecuado de plaguicidas, de igual forma, se instruyó a los criadores pecuarios en la producción de carnes y leche libres de contaminantes para resguardar la salud de los consumidores, además de priorizar el bienestar animal y la preservación del medio ambiente.
Las buenas prácticas agrícolas y ganaderas son un conjunto de actividades que al ser puestas en práctica de manera correcta aseguran que la producción de alimentos esté libre de contaminantes por ello, los productores graduados cuentan con el conocimiento y la capacidad de gestionar sus cultivos y crianzas, conservando la inocuidad del alimento.
Escuelas de Campo
La ECA es una metodología de aprendizaje no convencional, participativo y vivencial en la que los agricultores aprenden haciendo, intercambiando conocimientos y experimentando directamente, usando el campo de cultivo y crianza como lugar de enseñanza y aprendizaje.
En Cusco a lo largo del 2021 se han desarrollado 36 ECA’s de enero a junio y 35 de julio a diciembre. Cada escuela concentró un promedio de 20 agricultores, con un facilitador del SENASA a cargo de guiar el aprendizaje.
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