Dada la importancia de la producción agrícola, el control biológico constituye en la actualidad una de las prácticas frente a las plagas con mayor respaldo a futuro por sus beneficios ambientales, sociales y económicos. Así lo entiende el Servicio Nacional de Sanidad Agraria – Senasa, que dicta constantes charlas para instruir a los productores de la región Apurímac sobre las ventajas del manejo de los controladores biológicos para reducir el uso de agroquímicos y plaguicidas en los campos de cultivo.
El control biológico consiste en la utilización de organismos vivos para reducir y mantener una plaga por debajo de los niveles del daño económico, además, no afecta al ambiente y no representa riesgo alguno para la salud de las personas.
Con el control biológico, bajan los costos de producción y en su proceso se suele utilizar parasitoides, predadores, entomopatógenos, que son microorganismos que se desarrollan a expensas de los insectos dañinos.
Los servidores de campo del Senasa Apurímac dictaron una charla teórico-práctica a productores y agricultores del centro poblado de Champaccocha, en San Jerónimo, distrito de la provincia de Andahuaylas, conocido por la producción orgánica de quinua, maíz y papa.
Para incentivar el uso del control biológico entre los productores, el Senasa otorga el certificado de ‘Fundo Verde’ que garantiza que los productos cosechados están libres de la presencia de químicos.
En la sesión práctica, los productores realizaron la liberación de microorganismos antagonistas en campos de cultivo de quinua para mantener bajo control a las plagas previamente evaluadas e identificadas. También se recomendó no usar plaguicidas en los terrenos de producción donde se liberaron a los antagonistas, pues los matan, incrementando las posibilidades de generar la resurgencia de la plaga o crear resistencia a los insecticidas.
La subdirección de control biológico del Senasa viene intensificando esta práctica en los principales cultivos y valles agrícolas del país con el objetivo de reducir los residuos tóxicos en los alimentos, proteger la salud de la población y la contaminación del ambiente. Por ello, los productores de Apurímac vienen adaptándose a nuevos sistemas de desarrollo para acceder a mercados más competitivos.