Piura: SENASA instruye a caficultores sobre fertilización de suelos con abonos orgánicos

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SENASA PiuraProductos aprenden a producir fosfocompost en las Escuelas de Campo.

En la región Piura existe un promedio de seis mil productores que cultivan alrededor de 8871 hectáreas de café ubicadas en las provincias de Huancabamba y Ayabaca, siendo importante para estos caficultores desarrollar labores que les permitan disminuir costos de producción, lograr mayores rendimientos y conservar la biodiversidad.

Fuente: SENASA

En ese sentido, el Servicio Nacional de Sanidad Agraria – SENASA, a través de ocho Escuelas de Campo (ECA), viene instruyendo a 120 agricultores de esas provincias a elaborar abonos orgánicos para fertilizar y mejorar la estructura de los suelos de manera natural.

“A los alumnos se les viene enseñando en la producción de fosfocompost como parte de las clases de fertilización de terrenos, incluidas en la parte práctica de las Escuelas de Campo”, indicó el especialista del área de sanidad vegetal, Hipólito Hidalgo López.

El fosfocompost es un abono natural que resulta de la mezcla de residuos orgánicos de estiércol, roca fosfórica, pulpa de café, ceniza y residuos de comida de vegetales, rastrojos de leguminosas y tallos de plátano.

Estos materiales se acumulan en capas en forma intercalada: la primera capa se constituye con estiércol, la siguiente de rastrojos y ceniza, la siguiente capa nuevamente de estiércol y posteriormente se coloca una más de roca fosfórica, y así sucesivamente hasta formar una ruma. El proceso de descomposición dura cinco semanas, y cada ocho días se mezclan los agregados, mojándolos son suficiente agua. Pasado ese tiempo, el abono está listo para ser utilizado.

El uso de los abonos orgánicos es muy beneficioso para la agricultura porque permite reducir el uso de plaguicidas y otros elementos contaminantes que ponen en riesgo la salud de los consumidores y originan daños ambientales, además, contiene muchos macro y micronutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas y es el responsable de su fertilidad natural, explicó el especialista.

La meta de las Escuelas de Campo es que, al culminar las 12 sesiones, los alumnos logren su certificación como expertos en el manejo integral de plagas y uso de buenas prácticas agrícolas en el cultivo del cafeto, para lo cual deben aprobar  los exámenes, que incluyen pruebas en chacra.