El Servicio Nacional de Sanidad Agraria – Senasa fiscalizó de forma inopinada los comercios dedicados al expendio de productos de uso veterinario y piensos (alimentos) para animales en las zonas de Majes y Camaná, con el objetivo de verificar el correcto almacenamiento.
Los servidores del campo del Senasa verificaron que los establecimientos inspeccionados cuenten con la autorización de la autoridad sanitaria, así como el cumplimiento de la normativa vigente.
El manual Buenas Prácticas de Almacenamiento de Productos Veterinarios establece las acciones a seguir durante el acopio, trasporte, distribución y expendio, considerando además que la tienda debe contar con un responsable técnico que supervise que todos los productos almacenados se encuentren en perfecto estado.
Dentro de las consideraciones más resaltantes destacan:
- Que los productos debe ser almacenados de forma adecuada (separado de otros productos), con fecha vigente para su comercialización y que cuente con el registro ante el Senasa.
- Contar con instalaciones y equipos de refrigeración para la conservación de los productos veterinarios que lo requieran y que éstas se encuentren en buen estado de funcionamiento.
- El personal encargado de la movilización de productos en el almacén, debe contar con un manual de seguridad que oriente hacia la prevención de riesgos físicos, químicos y biológicos en caso de accidentes.
- Que el establecimiento cuente con una fuente de energía eléctrica para garantizar la cadena de frío de vacunas y otros productos que requieran refrigeración.
- Utilizar los medicamentos según la especie animal, las recomendaciones y las dosis indicadas en la etiqueta, o según el criterio del profesional médico veterinario.
- Observar estrictamente los plazos de espera o de retiro recomendados por el fabricante, para que los niveles de residuos en los alimentos de origen animal (carne o leche), impliquen ningún riesgo para el consumidor.
- Asegúrese de que ninguno de los animales destinados al matadero haya sido sometido a un tratamiento cuyo periodo de espera no haya concluido aún.
Así, el Senasa fomenta las buenas prácticas de almacenamiento con la finalidad de proteger la salud de las personas, los animales y el ambiente.